miércoles, 19 de junio de 2019

Acto del Día de la Bandera

Todos absolutamente, todos, nacemos libres. 

Y así nació nuestra patria un 25 de mayo de 1810, hace ya mas de 200 años, y aunque 200 años parezcan mucho, Argentina todavía es joven. Es joven como también lo son sus hermanas, Chile, Colombia Venezuela, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Perú, Ecuador y Brasil que para la misma época se encontraban ya libres o en proceso de liberarse. 

En Buenos Aires residía el Virrey, representante del Rey español y gobernaba lo que en ese momento se conocía como “El virreinato de Río de la Plata” territorio que hoy ocupan Argentina Uruguay, Bolivia, parte de Brasil y Paraguay. 

Durante el mes de Mayo de 1810 un grupo de criollos decidió echar al Virrey y tomar el gobierno. Nada de esto fue fácil, aun entre los criollos existían ideas muy diferentes sobre era lo que harían una vez echado el virrey y asumido el poder. Pero lo que si estaba claro era que querían gobernarse a si mismos y que muchos estaban dispuestos a dar la vida por eso.

Entre aquellos criollos uno sobresalía por sus convicciones, era Manuel Belgrano. 

Belgrano era un joven abogado, economista y político nacido en Buenos Aires y educado en una Europa en plena revolución, que puso su vida y fortuna al servicio de una nueva nación que ayudó a nacer y a la que defendió y enalteció el resto de su vida.

Miembro de la Primer Junta de Gobierno, fue designado por esta para comandar un ejercito que se dirigiría al actual Paraguay. Su primera campaña militar no cumplió el objetivo de evitar la separación de aquel territorio de la actual Argentina, pero sentó las bases para la independencia paraguaya. 

Belgrano no tenia formación militar, pero aun así puso toda su capacidad intelectual en juego para llevar los principios de aquel primer gobierno patrio a todo el territorio del virreinato. Aun cuando muchas de sus ideas no concordaban con las del gobierno central asentado en Buenos Aires que comenzó a ver con nuevos ojos a aquel hombre que empezaba a mostrarse como un valiente e inteligente estratega militar. 

Un episodio que da cuenta de esta independencia política de Belgrano fue la creación de la Bandera Nacional. Con el paso de las batallas Manuel comprendió que una insignia nueva, que identificara a aquellos que estaban a favor de la revolución, fortalecería las convicciones de su ejercito y crearía unidad entre aquellos hombres y mujeres que comenzaban a vislumbrar un futuro liberados del control español. Sin autorización del gobierno central, Belgrano mandó a confeccionar una bandera que tuviera los colores de la escarapela, celeste y blanco, símbolos de la Revolución de Mayo. Y a la vera del río Paraná, hace 200 años ya, el 27 de febrero de 1812 enarboló por primera vez la que luego sería la Bandera Nacional.

Al mando del Ejercito del Norte llevo adelante algunas de las batallas más importantes del proceso que culminaría con la declaración de la Independencia Nacional el 9 de julio de 1816 en Tucumán. Belgrano creía firmemente en la educación como herramienta indispensable para el crecimiento de una nación, tal es así que fundo una serie de escuelas, entre ellas una de dibujo y otra de náutica. Pero el episodio que vuelve evidente su compromiso tiene que ver con el destino que dio al premio que recibió por liderar el ejercito a su cargo con éxito. Ese premio constaba de $40.000 de esa época. ¿Parece mucho? ¡Es mucho más de lo que parece! $40.000 de aquella época eran algo así como ¡80 KILOS DE ORO! ¿Saben que hizo Belgrano con todo es dinero? Lo donó, a pesar de que su fortuna se había agotado como consecuencia de su compromiso con la libertad e independencia del país, lo donó para construir escuelas. 

Ese abogado que recibió con sorpresa la tarea de comandar un ejercito, que defendió los ideales de un grupo de hombres que soñaban con un país nuevo, que creó la Bandera que hoy nos identifica y acompaña en cada momento trascendente de nuestra patria, que llegó a la vejez reclamando aún sueldos que se le adeudaban por sus tareas, decidió entregar una fortuna para el sostenimiento de lo que consideraba el punto de partida para una nueva historia en territorio americano, la educación.

Es por eso que todos tenemos una deuda con el, no en oro claramente, si no en compromiso, en compromiso con la tarea, con las tareas que nos competen a cada uno en nuestras en vidas en sociedad y en especial a aquellas que implican nuestra vida en la escuela. Todos, tanto maestros como alumnos, nos encontraremos en nuestro paso por la escuela con empresas que parecen imposibles, con tareas que no parecen estar hechas para nosotros, en ese momento recordemos a ese abogado que fue puesto enfrente de un ejercito diezmado y que confiando en sus capacidades llevó a la victoria, al tiempo que daba a una nación entera un emblema, una bandera, que la representaría para siempre. 

Pocos recorrieron como él, el camino que llevó a nuestro país de la libertad a la independencia, pocos estaba tan convencidos de la capacidad transformadora de la educación, honrémoslo en el aniversario de su muerte ocurrida el 20 de junio de 1820 en una nación Argentina que ya era independiente, poniendo todo nuestro esfuerzo en cada tarea, a pesar de que todo parezca estar en nuestra contra, porque como dijo el alguna vez: “el temor solo sirve para perderlo todo”

Prof. Carlos Vidal


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