Historia de la escuela

Historia de la escuela






Fuente: Instituto Félix F. Bernasconi- Dpto Biblioteca J. V. González




Fotos que obran en poder de la escuela como único testimonio histórico fotográfico. Se trata de un acto al patrono de la escuela en el año 1926.
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Historia de nuestro patrono FRANCISCO NARCISO LAPRIDA



Francisco Narciso Laprida  nació en San Juan el 28 de octubre de 1786 y falleció el 22 de septiembre de 1829 en Pilar, cerca de la ciudad de Mendoza. Fue miembro del Partido Unitario, grupo de ideología liberal que abogaba por un gobierno centralizado de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Fue un notable letrado y político que ejerció de diputado por San Juan en el Congreso de Tucumán a la vez que de presidente cuando durante en este congreso se proclamó la independencia de Argentina el 9 de julio de 1816.

Inició su formación en el Real Colegio de San Carlos de la capital argentina, uno de los centro educativos más importantes del país, para más tarde trasladarse a Santiago de Chile para estudiar leyes en la Real Universidad de San Felipe de Santiago. En 1810 concluyó sus estudios y en 1812 ya era escogido Síndico Procurador del Cabildo de San Juan.

Junto al militar José de San Martín participó en la creación del Ejército de los Andes. Este ejército fue un cuerpo militar integrado por tropas de la provincia argentina de Cuyo y por contingentes de soldados chilenos exiliados en Mendoza tras la Batalla de Rancagua. Entre los acontecimientos más importantes debidos al Ejército de los Andes esta la victoria militar en Chacabuco que abrió las puertas de Santiago de Chile y la llegada al poder del padre de la Patria chilena Bernardo O’ Higgings.

En 1815 fue enviado como diputado al Congreso de Tucumán y el primero de julio de 1816 ocupó la presidencia. En Tucumán primero y más tarde en Buenos Aires el congreso proclamó la Declaración de Independencia de la nación Argentina y redactó la Constitución de 1819.

La Declaración de Independencia no estuvo exenta de contratiempos. En especial porque varios de los territorios que pertenecían al Virreinato del Río de la Plata no pudieron tener a sus representantes en el congreso de Tucumán, debido a diversos motivos. Algunos territorios estaban bajo control realista, otros estaban inmersos en conflictos bélicos debido a la invasión luso-brasileña y en último lugar los representantes de La Liga de los Pueblos Libres, a excepción de Córdoba, fueron apresados por miembros del directorio unitario con el objetivo de que no pudieran hacer prevalecer sus ideas federalistas.

Por otro lado, la Constitución Argentina fue aprobada en Buenos Aires en 1819 dos años después de que el Congreso fuero trasladado a la capital. Esta constitución que estuvo influenciada por las Cartas Magnas de diversos países como las de Estados Unidos de América, Francia y en menor medida por la constitución española de 1812 tenía una fuerte impronta unitaria, establecía la separación de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) y estaba diseñada para amoldarse a un sistema monárquico constitucional, el cual era bien visto por algunos de los congresistas implicados en su elaboración. Pero la constitución encontró una fuerte oposición de las provincias afines al federalismo. Aún así, pese a su efímera existencia, muchos de sus artículos serían refundidos en las siguientes constituciones de 1826 y 1853.

El Congreso de Tucumán fue clausurado en 1820 tras la derrota del Directorio en la Batalla de Cepeda.

Posteriormente Francisco Narciso de Laprida regresó a San Juan donde ocupó el cargo de gobernador en sustitución de José Ignacio de la Roza (1786-1834) empleándose con dureza contra algunos conatos revolucionarios.

En el año 1824 volvió a representar a su provincia, en esta ocasión en el Congreso General Constituyente y del cual fue presidente al año siguiente.

Una vez el Partido Unitario inició un proceso de desintegración acelerado y el militar federalista Manuel Dorrego (1787-1828) fue fusilado, regresó a San Juan y más tarde a Mendoza escapando de la persecución de Juan Facundo Quiroga (1788-1835). En su huida fue alcanzado por las tropas de José Félix de Aldao que lo asesinan en septiembre de 1829. Sus restos mortales nunca fueron hallados.

Más de un siglo después de su muerte, en 1943, Jorge Luis Borges, el reconocido escritor de fama mundial y descendiente lejano de Francisco Narciso de Laprida, honró la memoria de éste en su obra Poema Conjetural.

“Zumban las balas en la tarde última…”