Una vida marcada de trabajo constante y una gran lista de virtudes: metódico, austero, precavido y excelente organizador. Esto se ve reflejada en la tarea titánica del cruce de Los Andes.
Hoy necesitamos hombres y mujeres con las cualidades de próceres, dirigintes y lìderes que no solo busquen poder, riqueza y popularidad.
Como bien él mismo dijo: Estoy firmemente convencido que los males que afligen a los nuevos Estados de América no dependen tanto de sus habitantes como de las constituciones que los rigen. Si los que llaman legisladores en América hubieran tenido presente que a los pueblos no se les debe dar las mejores leyes pero si las mejores que sean apropiadas a su carácter, la situación de nuestro país sería diferente.
Decía San Martín: "para defender la libertad de los ciudadanos, no de café, sino de instrucción y moral [...] si somos libres, todo nos sobra"
Por ello hagamos de la imagen de San Martín un modelo a imitar por todos los argentinos para hacer de nuestra patria un lugar mejor, donde todos aportemos nuestro granito de arena para convertirnos en dignos herederos de esta patria por la cual tanto él luchó: los adultos, formando una familia, enviando a sus hijos a la escuela, enseñándole los valores básicos que nos convierten en buenas personas; los niños, obedeciendo a sus padres, estudiando, cuidando el ambiente, no derrochando los recursos, respetando las normas y logrando una convivencia en unidad y en paz.
Prof. Bibliotecaria Ana María Ferrari