martes, 10 de septiembre de 2013

Día del Maestro. Nuestro acto del Turno Tarde

Antes que nada quiero recordar que este 11 de septiembre se conmemora 40 años del golpe militar chileno.
Hecho que repudiamos y al cual decimos nunca más!
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Estamos reunidos con motivo del Día del Maestro, una de las fechas que más nos moviliza afectivamente. Sabemos que la razón de la conmemoración es un nuevo aniversario del fallecimiento de Domingo Faustino Sarmiento. Una figura, sin duda, controvertida. Que hoy despierta tantas adhesiones como críticas. Sin necesidad de hacer una valoración aquí, lo recordamos como un intelectual de la vida cultural y política del país, fue político, pedagogo, escritor y presidente.
En esta oportunidad me voy referir a los docentes y al conjunto de la comunidad educativa que mantenemos de pie la educación pública. Es la escuela pública la única que incluye a todos los chicos y a todas las familias, sin distinciones de ninguna naturaleza. Una escuela que, sin embargo, no siempre goza del debido reconocimiento y sostenimiento por parte de los responsables de garantizar la educación de todos.
Si la escuela sigue siendo un lugar importante dentro de la sociedad, es gracias al esfuerzo diario de los docentes, los directivos, los auxiliares y, también, de las familias. Este esfuerzo es el que queremos homenajear junto a ustedes.
Ser maestro es seguir un compromiso. Es guiar y acompañar; escuchar y comprender… Es enseñar a respetar, respetando; es enseñar a hacer, haciendo; es enseñar a trabajar, trabajando… Que para ser docentes debemos tener una férrea convicción, no caben dudas. Pero la docencia, también es un trabajo. Un trabajo con todo lo que eso implica y todos los sabemos, no termina cuando salimos de la escuela. Continúa en los cuadernos y las carpetas para corregir, en las clases que debemos preparar, en la formación que debemos profundizar. Un trabajo de una enorme responsabilidad porque trabajamos con niños. Con niños que nos generan alegrías, enojos, risas y hasta tristezas, nos llenan de emociones, pero siempre, siempre, nos gratifican con una sonrisa o un logro merecido.
Un trabajo que, al igual que la educación en su conjunto, no tiene los debidos reconocimientos y, sin embargo, pese a todo, seguimos hacia delante, construyendo, como si fuéramos arquitectos que caminan unidos en pos de un futuro distinto. Las bases de ese porvenir descansan sobre la educación pública, sobre nuestra escuela. Y si estamos aquí para celebrar el día del maestro debo decir que me siento orgullosa y feliz de saber que lo hago rodeada de estos compañeros. Compañeros con los que comenzamos a transitar juntos, muchos de nosotros, desde el año pasado y otros se sumaron este año. Con los que compartimos planificaciones, sueños, excursiones y risas. El año pasado nos encontró luchando contra el cierre de grados, y nos entristecimos cuando esto se hizo efectivo. Este año nos encontró rodeados de risas y alegría al organizar la jornada del día del niño… También me hace feliz saber que lo hago rodeada de estos chicos y de sus familias, sin ellos no podríamos ser lo que somos. Con ellos aprendemos y enseñamos…
Estos son nuestros maestros, los maestros de la 15. Estos somos los maestros que hacemos y defendemos la educación pública. Por todo esto, no encuentro una mejor manera de terminar estas palabras que pidiendo un fuerte aplauso para todos los docentes de la 15, ¡feliz día, maestros!
Prof. Cecilia

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