El barrio porteño de Balvanera tiene una esquina muy especial. En Avenida Rivadavia y Rincón se encuentra el emblemático Café de los Angelitos, sinónimo de tango, poesía, política, cultura, artistas y deportistas.
En el año 1890 abrió sus puertas bajo el nombre de Bar Rivadavia. Era un lugar precario que servía como punto de reunión de compadritos y malandras a fines del siglo XIX. Como los llamaba irónicamente el comisario de Balvanera eran verdaderos “angelitos” y de allí el nombre definitivo del local.
Pasaron casi 30 años hasta que fue adquirido por Ángel Salgueiro, quien lo refaccionó y le dio su nombre actual. Por sus mesas pasaron diversas personalidades como Osvaldo Pugliese, Cátulo Castillo, Aníbal Troilo, Juan B. Justo, Alfredo Palacios y Florencio Parravicini. Quizás el más destacado de los asiduos concurrentes al Café de los Angelitos fue Carlos Gardel, quien solía aparecer para cenar a la madrugada, ya que vivía a solo una cuadra de allí.
En Enero de 1992 apremiados económicamente sus dueños decidieron cerrar sus puertas y el edificio fue abandonado. Posteriormente sufrió un principio de derrumbe y por precaución fue demolido.
Pero en el año 2007 fue reinaugurado con un estilo sobrio y elegante que busca recrear el ambiente y clima del siglo XX. Grandes ventanales, paredes plagadas de fotografías, hermosos pisos de mosaicos calcáreos y notables vitrales. Merece ser observado al detalle, desde el piso, sus paredes y techos.
Los chicos dicen...
Seguimos el recorrido hacia la iglesia Nuestra Señora de Balvanera que le da nombre a nuestro barrio.
Fray Damián Pérez, predicador apostólico y procurador del Colegio de
Propaganda Fidei de San Carlos, solicitó y obtuvo permiso, en septiembre
de 1799, para erigir un oratorio público, donde estaba edificado un
hospicio u hospedería para los misioneros franciscanos que llegaban del
interior. El oratorio fue puesto bajo la advocación de Ntra. Sra. de
Balvanera.
En España, donde tiene origen, esta devoción de la Virgen se denomina
Valvanera, forma que el uso popular, en nuestro país, transformó en
Balvanera.
Suprimido el hospicio por ley de Rivadavia en 1822, permaneció librada
al público la capilla. El ° de abril de 1833 es erigida como parroquia
por el vicario capitular, Mons. Mariano Medrano, la que comenzó a
funcionar el 16 de mayo del mismo año.
En 1839 comenzaron los trabajos de refacción del templo, que fue
solemnemente inaugurado y bendecido el 4 de abril de 1842. Actuó como
madrina Manuelita Rosas y la parroquia comenzó a llamarse Ntra. Sra. de
Balvanera de la Encarnación, en homenaje a la esposa de Rosas, Doña
Encarnación Ezcurra, fallecida poco tiempo atrás. Esta advocación se
perdió en 1852.
Es la única parroquia erigida durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas.
Con el tiempo, hizo falta ampliar y refaccionar nuevamente el templo, quedando con las características actuales hacia el 1860.
Fuente: Guía de Sacerdotes y Parroquias de la
Arquidiócesis de Buenos Aires. Año 2000. Editada por el Arzobispado de
Buenos Aires.
Foto: alumnos de Escuela 15 DE 3 4º grado TT
Foto: alumnos de Escuela 15 DE 3 4º grado TT
El último punto del recorrido fue el pasaje Colombo, que formó parte principal de la quinta de Antonio González Varela, apodado Miserere, el pionero del barrio, quien donó una parte de sus tierras para la construcción de un hospicio que sirviera de albergue a los misioneros franciscanos.
Un pasaje italianizante en forma de L, construido en 1890, con ingreso por Av. Rivadavia 2431 y desembocadura en Azcuénaga 34.
Esta construccion estuvo a cargo de la compañía de seguros La Edificadora, siendo adquirido luego del quiebre por el comerciante Carlos Colombo, quien le daria su nombre.
Ubicación: Av. Rivadavia 2431/ Azcuénaga 34.
Esta construccion estuvo a cargo de la compañía de seguros La Edificadora, siendo adquirido luego del quiebre por el comerciante Carlos Colombo, quien le daria su nombre.
Ubicación: Av. Rivadavia 2431/ Azcuénaga 34.