Esta fecha nos llama a recordar hechos trascendentales para nuestra identidad como trabajadores, destacando que a la historia la hacemos entre todos, que los hechos históricos no han surgido de la nada sino de acciones de personas y de organizaciones, de ideales y utopías.
Recordemos entonces lo sucedido un 1º de mayo de 1886 en Estados Unidos cuando trabajadores se enfrentaron a la policía en un acto donde reclamaban que su día laboral sea de 8 horas. Los obreros reprimidos y algunos ahorcados, simplemente por hacer oir su voz ante las injusticias y luchar por condiciones dignas de vida y de trabajo.
En nuestro país, en la provincia de Santa Fe, el 1º de mayo de 1853, se sancionó la Constitución Nacional donde se consagran nuestros derechos y obligaciones y donde también, a costa de muertes y sufrimientos, se encuentran los derechos de los trabajadores.
Pero la historia en mayor o menor medida vuelve a repetirse... después de tantos años podemos dar cuenta que hoy muchos derechos no son respetados, vemos cada vez más miseria en las calles y familias que pasan todo el día fuera de casa trabajando por un sueldo mínimo que apenas asegura condiciones de vida dignas; situaciones como el trabajo infantil, la desocupación, subocupación, son problemas que afectan a toda la sociedad y no solo a quienes lo sufren.
Nosotros como trabajadores tenemos la obligación de seguir defendiendo condiciones dignas de trabajo y conquistar las que faltan, para que no sean inútiles las muertes de los mártires de Chicago, de tantos trabajadores víctimas del terrorismo de estado, de los mil quinientos huelguistas fusilados durante la Patagonia Trágica, de los reprimidos en el Cordobazo, del asesinato del compañero docente Carlos Fuentealba en Neuquén.
Sin embargo, tomemos este día como un día para compartir con los nuestros, para agradecerles el esfuerzo que hacen cada día, para que se hagan realidad los deseos de los que quieren trabajar y aún no se les dio la oportunidad. Para todos los que cada día salen en busca de ese trabajo, que no bajen los brazos, y para los que lo tienen, nunca dejen de defender su derecho a ser respetados como trabajadores y principalmente como personas. Para todos aquellos que cada día construyen el país, ¡un fuerte aplauso y un feliz día del trabajador!
Prof. Valeria Forlani