Los invito a pensar y reflexionar sobre aquella guerra. Remontémonos al año 1833 en que Gran Bretaña usurpó las islas Malvinas.
Desde entonces, salvo la breve interrupción durante la guerra de 1982, la potencia ocupante ha ejercido una presencia ininterrumpida en el archipiélago, manteniendo hasta nuestros días esa colonia.
El día 2 de abril de 1982 un importante número de militares y voluntarios argentinos se movilizó en un sigiloso operativo y desembarcó sorpresivamente en las Islas Malvinas.
En 1982 el país era gobernado por Galtieri, un militar perteneciente al llamado Proceso de Reorganización Nacional.
Galtieri formaba parte del grupo de militares que pocos años antes habían dado un golpe de estado, desalojando por la fuerza a una presidente constitucional.
O sea que, quienes decidieron esta guerra, no habían sido elegidos por el voto del pueblo argentino.
Eran años difíciles para nuestro país y los militares que estaban en el poder empezaban a sentir el hartazgo del pueblo.
En el medio de esta crisis, de un día para el otro, decidieron ocupar por la fuerza las Islas Malvinas. Así que alistaron las tropas y partieron hacia el sur.
Cuando dieron la noticia de que la bandera argentina flameaba en los mástiles de las islas, muchísimos argentinos se pusieron contentos. Todos, en este país, sabían que los ingleses ocupaban esas islas injustamente.
Pero con el paso de las semanas, aquello que era una simple ocupación y que muchos habían celebrado, se convirtió en una guerra en la que murieron muchos soldados.
Como los ingleses tenían y aún tienen mucho más poder económico y militar que nosotros, nos ganaron.
La "Guerra de Malvinas" duró 74 días. El 14 de junio, las tropas argentinas finalmente se rindieron.
Las islas Malvinas están ubicadas al sur de nuestro país, sobre nuestra plataforma continental. Por eso, los argentinos siempre hemos sostenido y aún hoy seguimos proclamando que son argentinas.
Pero sus habitantes desde siempre se reconocieron como ingleses, hablan inglés, tienen su moneda, su religión y su nacionalidad.
Más de dos siglos, la Argentina lleva reclamándole a Gran Bretaña sus derechos sobre estas dos islas tan cercanas a nuestras costas; pero dicho país hizo siempre oídos sordos a nuestros pedidos de discutir el asunto de manera pacífica y civilizada.
La bandera argentina flameó en aquellas islas por pocos días. La derrota, la muerte de nuestros compatriotas y el doloroso regreso de los soldados a su tierra, dejó importantes marcas en nuestra historia reciente.
Al principio, los soldados fueron recibidos como héroes. Pero poco a poco, nos fuimos olvidando de ellos.
Hoy les pido a todos que los honremos difundiendo la convicción de que las islas Malvinas son parte del territorio nacional, porque así lo dicen títulos históricos, diplomáticos y geográficos.
Y además, porque la guerra de 1982 agregó a esa causa nacional la muerte de centenares de compatriotas, caídos en defensa de la soberanía.
En este sentido el 2 de abril es una fecha que abre sentidos diversos.
Por un lado, reactualiza el inclaudicable reclamo de la soberanía argentina en las islas y, por otro lado, recuerda el comienzo de la guerra de 1982, desarrollada en el contexto del terrorismo de Estado.
Es decir que se recuerda una causa justa llevada adelante por un gobierno injusto y se recuerda una guerra que costó la vida de muchos jóvenes argentinos.
Hablar sobre “Malvinas” en la escuela nos permite contribuir en la educación de un pueblo soberano y comprometido con la construcción de su propio destino a partir de reconocerse partícipe de un pasado común.
Los invito en esta fecha tan importante, a recordar a quienes lucharon y murieron por su patria. Pensemos también en aquellos que todavía siguen vivos, y están entre nosotros.
Y fundamentalmente reflexionemos acerca de lo importante que es valorar la paz, que nos permite mantener vivo el sueño de un mundo mejor.
¡Muchas gracias!
Prof. Patricia Pines y Vanina Gonzalez
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